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La Bella y la Bestia, una apología de la Violencia de Género

  • Por Patricia Truchado Martínez
  • 15 feb, 2017

Detrás de este bonito cuento de hadas, se esconde un mensaje engañoso que es importante poder identificar y no llegar a creerse.

Es una noche fría de un 10 de febrero, queda menos de una semana para San Valentín, y lamentablemente leo que otra mujer ha muerto a manos de su pareja. En ese momento, me da por pensar que últimamente parece que no pasa un día sin que lleguen noticias de una nueva víctima. A continuación, leo que un grupo de mujeres ha comenzado una acampada en la Puerta del Sol para exigir a las instituciones que pongan fin a una lacra que se ha cobrado ya casi 800 víctimas desde 2004. Dejo de leer las noticias, apago el móvil y me preparo para ver “Figuras Ocultas”, un magnífico alegato por la igualdad entre mujeres y hombres, entre negras y blancas. Eso sí, antes vienen los trailers, que me encantan porque muchas veces una encuentra una sugerencia interesante para ir al cine la próxima semana (si tiene suerte de poder pagárselo, eso sí).

Me encuentro ya reclinada cómodamente sobre mi asiento, cuando, ¡Oh! ¡Sorpresa! ¿Cuáles son los dos estrenos estrella para estas fechas de cenitas con velas, corazones y amor romántico? Cincuenta sombras más oscuras y La Bella y la Bestia, dos historias que, bajo la deslumbrante luz de sus más que evidentes encantos, esconden entre sus sombras el paradigma de la violencia de género.

Para explicar esto me voy a centrar, concretamente, en La Bella y la Bestia porque, salvo algunos análisis más o menos profundos y muy interesantes, no he tenido la ocasión de leer ni ver la saga de Cincuenta Sombras de Grey. Al respecto, te recomiendo leer el pormenorizado análisis escrito por Mª Socorro Gómez Fidalgo (psicóloga, psicoanalista y coordinadora de los programas dirigidos a agresores condenados por violencia de género, en la asociación CUPIF). Para acceder a él, pincha aquí.

Sin entrar en detalles –casi todas conocemos el cuento-, La Bella y La Bestia narra la historia de Bella (nombre que, por otro lado, comparte la protagonista de Crepúsculo -Bella Swan-, una saga que también merecería un comentario), una joven guapa, inteligente, un tanto inadaptada que no parece necesitar más compañia que la de sus libros, a pesar de lo cual es acosada por Gastón, un macho alfa narcisista, perveso y exasperante que no acepta un "no" por respuesta. Un buen día se ve inmersa en una pesadilla al quedar atrapada en la morada de una malvada y horrenda bestia que, anteriormente había secuestrado al padre de la chica. Cuando esta va a rescatarlo, Bestia la encierra en su castillo, a cambio de liberar a su padre, y la condena a permanecer allí, retenida contra su voluntad, de forma permanente. Cuenta la leyenda que un bello príncipe con un carácter egoísta y cruel, es víctima de un encantamiento como castigo a sus desplantes, y es convertido en una bestia horrible. El hechizo sólo podrá romperse si el príncipe aprende a amar y llega a ser amado de verdad por una mujer. Durante años, Bestia vive aislado y atormentado por los remordimientos, su soledad, su aspecto y las pocas esperanzas que le quedan de encontrar el verdadero amor. Cuando nuestra heroína entra en su vida, el príncipe puede por fin liberarse, no sólo de su hechizo, sino también de su mal carácter y de los malos actos que ahora han quedado redimidos gracias al amor verdadero, el sentimiento más poderoso que existe. ¿O quizás no?.

Aparentemente, este cuento nos enseña que debemos ir más allá de las apariencias y ver la belleza verdadera, que se esconde en el interior de una persona, independientemente de su atractivo físico. Pero si nos acercamos un poco más y miramos detenidamente, ¿qué es lo que vemos? Bella consigue romper el hechizo que mantenía al verdadero príncipe en ese cuerpo de Bestia y, además, pasa de ser una chica inadaptada a ser una princesa, nada menos. Y todo ello gracias al amor. Porque el amor todo lo puede. Gracias a la paciencia, los cuidados y el sacrificio, todos ellos, supuestos atributos del amor verdadero, Bella consigue transformar a una bestia con muy malas pulgas en el príncipe guapo y encantador que, en verdad, es. En otras palabras, lo que este cuento nos enseña a un nivel más profundo, nada tiene que ver con la belleza o la fealdad. Lo que este cuento nos transmite es que cuando una mujer mira más allá de las apariencias y ama de verdad a un hombre, puede hacer que un maltratador/bestia se convierta en el hombre atento y amoroso/príncipe que, en realidad es.

Los cuentos, cuentos son

Por desgracia, no es esto lo que solemos encontrar en las portadas de los periódicos ni en los telediarios. Lo que vemos, en cambio,  es a mujeres que han terminado muriendo porque, en su historia, detrás de la bestia con la que convivían, no había ningún príncipe, sino una bestia sin más, que terminó por darles un zarpazo mortal. Lo que nos dice la realidad es que quizás el amor no lo puede todo, y ni mucho menos puede transformar a una bestia en el príncipe de nuestros sueños. Parafraseando libremente a Gertrude Stein, lo cierto es que una bestia es una bestia. Y punto.

He aquí lo perverso de muchas de las historias de Disney (y de historias como Crepúsculo o Cincuenta sombras de Grey). No es la historia en sí lo que da miedo.Lo verdaderamente aterrador son los finales felices en los que los protagonistas comen perdices, precedidos de un relato, cuyos ingredientes sólo pueden dar como resultado a una mujer muerta en una cuneta. Porque en la vida real, la segunda parte del cuento -en la que Bestia se va transformando poco a poco en un ser dulce y tierno, dejando atrás al malhumorado y violento animal- se esfuma por completo quedando tan sólo una bestia que no puede cambiar su mal carácter y convertirse en príncipe, del mismo modo que un vampiro no puede ser un novio ideal, y un perverso controlador, por muy bueno que esté y rico que sea, no puede hacerte feliz. En la vida real, la bestia podría matar a Bella de un solo zarpazo, o acuchillar a su esposa, quizás en presencia de sus propios hijos.

¿Qué es lo que le pasa a Bestia?

No quiero decir con esto que un agresor sea un ser maligno, ni una causa perdida. El perfil de maltratador que encarna Bestia, suele tener una dura historia detrás. Se trata, en muchos casos de hombres que crecieron con muchas carencias afectivas, personas heridas que seguramente fueron, a su vez, víctimas directas o indirectas de malos tratos, que quizás han interiorizado además un modelo masculino tradicional que les impide ponerse en contacto con sus emociones y su vulnerabilidad, que han aprendido a vincularse de una manera perjudicial y que, de hecho merecen una oportunidad.

Lamentablemente, esta oportunidad no vendrá de la mano del amor de su pareja, sino de un prolongado trabajo personal que habrá de desarrollarse, probablemente, en el seno de una buena psicoterapia.

Dos maltratadores para Bella

Cuando pienso en este cuento, siento compasión por nuestra protagonista porque los dos hombres que la pretenden son maltratadores, de muy distinto tipo, eso sí.

Bestia se nos muestra como un hombre sufriente y desesperado. Su autoestima menoscabada y su fuerte sentimiento de culpa le permiten a duras penas creer que merece el amor de nadie. Su problema es que es un enemigo para sí mismo, y su impulsividad puede llevarlo a cometer actos atroces de los cuales luego se arrepentirá hasta el punto de llegar a atentar contra su propia vida. Bestia es carne de cañón,  podría ser el hombre que mata a su pareja y luego se suicida, al comprobar, no sólo que ha cometido un crimen, sino que además ha matado a la persona que lo sostenía emocionalmente, y sin la cual no cree poder ser capaz de sobrevivir. Un referente muy bueno podemos encontrarlo en Antonio, el protagonista de Te doy mis ojos.

En cambio, Gastón merece una mención aparte. Este personaje que bien podría recordarnos a un guaperas malote, se corresponde con un perfil perverso con rasgos psicopáticos, que no duda en hacer lo que haga falta para conseguir sus objetivos, independientemente del daño que pueda causar a su alrededor. Para Gastón, "el fin justifica los medios". Además, el sentimiento de "culpa" es ciencia-ficción para él y la idea de dañar a otros, sencillamente, le resulta indiferente. Este tipo de maltratador rara vez matará a su pareja con sus propias manos. Su problema no es la impulsividad, como en el caso de Bestia. Su problema es un déficit (o ausencia total) de empatía, algo que no le perjudica a él, sino a aquellos que lo rodean. Gastón sabe muy bien lo que hace y no se va meter en líos, pudiendo evitarlo. Si acaso, lo que se antoja más probable es que consiga, mediante manipulaciones despiadadas, que su víctima se suicide. Llegado ese momento, emprendería la búsqueda de su siguiente víctima, sin penas ni remordimientos.

Como decía, Bella está cercada por dos maltratadores. Para más inri, no parece que quedarse soltera sea una alternativa para una joven que, aunque culta y leída, sueña con encontrar a su príncipe azul. Nuestra pobre Bella no parece tener más opción que Guatemala o  Guatapeor.

¿Qué tiene este cuento que ver con nosotras?

La Bella y Bestia de Disney dispara al centro de la identidad femenina, que está atravesada por los mandatos culturales, los cuales se han transmitido de generación en generación. y que no han evolucionado tanto como desearíamos. De ahí que su poder radique en hacernos creer a las mujeres -cuando somos tan solo unas niñas- que nuestro amor puede con todo. Porque, en el fondo, uno de los mayores deseos, más o menos inconscientes, de muchas de nosotras –por haber interiorizado los modelos tradicionales asociados al género femenino- es salvar y ser salvadas a través del amor. Por ser, además, el género al que tradicionalmente se presupone la capacidad de amar de una forma incondicional y desmedida, algunas mujeres llegan a interiorizar que su vida tendrá valor, en la medida en que consigan vencer la mayor dificultad, merced a su amor y a su sacrificio, dado que eso demostraría que su forma de amar es prácticamente omnipotente. Y quizás resulte que uno de los mayores retos a los que se puede enfrentar una mujer, cuya identidad ha sido construida de esta manera, consista en ser capaz de cambiar/salvar a la persona que ama. En el caso que nos ocupa, el desafío consistiría en ser la única capaz de descubrir y liberar al príncipe que se haya escondido detrás de un hombre agresivo, manipulador y violento.

Una propuesta desde el Psicoanálisis

En mi opinión, las leyes contra la violencia de género habrán de tener muy poco efecto si se siguen transmitiendo modelos como este a las nuevas generaciones de mujeres. Las medidas institucionales resultarán, así mismo ineficaces, si no dirigimos nuestra mirada hacia el núcleo mismo, hacia el mismo origen del problema. Es imprescindible que tengamos en cuenta a los sujetos activos de esta historia, la víctima y el victimario. Esto implica poder abrir un espacio para preguntarnos, ¿qué le ha pasado a ese hombre para convertirse en un maltratador?, ¿qué ha hecho que una mujer pase a convertirse en víctima?, ¿por qué esa mujer ha elegido a un hombre así? Y lo que es aún más importante, ¿qué la ha llevado a quedarse en esa relación, después de la primera hostia o de la primera humillación?

La visión psicoanalítica a menudo resulta controvertida porque no se limita a ver a la mujer como a una víctima, aunque lo sea. No se queda en la superficie porque parte de la idea de que existe una energía muy poderosa e inconsciente, que muchas veces nos lleva a hacer cosas en contra de nuestra voluntad y del sentido común. Si nos limitamos a tratar a esa mujer tan sólo como a una víctima a merced de su pareja y de las circunstancias, nada podremos hacer por ella, porque estaremos partiendo de la premisa de que es un ser pasivo e incapaz y/o que dio con un maltratador por pura casualidad. Desde esta óptica, sólo podremos empoderarla en balde, explicándole que su pareja era un maltratador y ella una mujer estupenda recurriendo a argumentos racionales. ¡Pero, cómo! ¡¡¿Qué argumentos racionales hay en aquello que a una le enamora?!!. Pasado un tiempo, estos argumentos, que una vez sirvieron para reconstruir la autoestima de esa mujer, probablemente se vendrán abajo en cuanto conozca a su próxima pareja, que tendrá a su vez, bastantes probabilidades de ser un agresor. ¿Y por qué iba a pasar esto?, podríamos preguntar. Pues porque es muy posible que haya algo de ella (vinculado a la educación que recibió, a los modelos de relación que interiorizó y del orden de sus ideales) que entra en juego de manera inconsciente en esa elección concreta. Y precisamente por ser inconsciente, no puede ser modificado con técnicas que van dirigidas hacia la mente racional, consciente. De ahí que exista un riesgo real de que una víctima elija nuevamente a un maltratador.

La alternativa que ofrece el Psicoanálisis ante esta problemática pasa por dar a la mujer un espacio en el que pueda pensarse como un sujeto activo y llegue a tomar conciencia  de las necesidades que ha tratado de satisfacer sin darse cuenta, así como los modelos, ideales y formas de vincularse que ha interiorizado, ofreciéndole la oportunidad de elaborar su historia y liberarse de la necesidad de repetir un determinado tipo de relaciones que son susceptibles de poner en riesgo su integridad.

Aquella noche, después de ver el tráiler, no pude evitar sentir cierta desesperanza. Luego recordé que, por fortuna, también hay personas que trabajamos día a día para contrarrestar los efectos nocivos que tienen sobre nosotras (y sobre ellos)los modelos de mujer (y de hombre) y  las formas de relación de pareja, que se transmiten a través del cine, la literatura y la televisión.

En fin, nunca se sabe, últimamente están apareciendo cuentos que colocan a la mujer en posiciones más sanas (Frozen es un ejemplo de esto que digo). Por otro lado, puede que algún día se estrenen adaptaciones revisadas de los cuentos de hadas, quizás una versión más dura de la Bella y la Bestia en la que Bestia mate de un zarpazo a Bella. Ese día muchas personas se llevarán las manos a la cabeza, pero también será más probable que una mujer interiorice el mensaje, y salga huyendo cuando su bestia particular enseñe la patita, en vez de quedarse en un infierno de consecuencias potencialmente nefastas. Afearemos el cuento de hadas, sin lugar a dudas, pero habremos dado un paso decisivo para combatir la violencia de género.

Patricia Truchado
Psicóloga - Psicoanalista
620 420 928

El Blog de Psicosubjetivo

Por Patricia Truchado Martínez 30 de diciembre de 2020

Se acaba el 2020.

El año en que casi normalizamos los toques de queda. El año en que palabras como “confinamiento”, “asintomáticos” o “vacuna” se han convertido en habituales en nuestras conversaciones cotidianas. 

Se acaba el año en el que, con todo el dolor de nuestro corazón, nos  hemos separado de las personas a las que más queremos, precisamente porque las queremos.

2020 ha sido el año en que todo ha cambiado. Un año en el que la desolación anegó nuestras vidas, llenándolas de pérdida y despedidas imposibles. Una suerte de Noche Oscura del Alma en la que todas las certezas que teníamos se desvanecieron, llevándose consigo el futuro que nos habíamos prometido.

Un año que deseamos que termine ya, mirando con esperanza, pero de reojo, a un 2021 que representa una luz al final del túnel, pues ya hay vacuna. Una vacuna a la que nos aferramos como un náufrago se aferra a su tabla, en un mar embravecido más allá del cual, muy a lo lejos divisamos tierra.

Nunca fuimos tan frágiles.

2020 nos ha mostrado que no es verdad, que no es posible controlarlo todo . Que no somos tan fuertes, que somos vulnerables y dependientes los unos de los otros. Y hemos descubierto, con sorpresa, que habíamos valorado muy poco a aquellos que, jugándose la salud, han demostrado ser imprescindibles y que habíamos sobreestimado aquellas actividades que, aunque lucrativas, son enormemente superfluas.

Por Patricia Truchado Martínez 25 de noviembre de 2017

La depresión es la principal causa de incapacidad en todo el mundo. De ahí, que gran parte del interés de los profesionales de la salud mental esté dirigida a su tratamiento.

Mucho se dice a cerca de esta grave dolencia que disminuye significativamente la calidad y la esperanza de vida de tantas personas a lo largo y ancho del planeta. En este artículo, pretendo señalar algunos aspectos que pueden contribuir a identificarla y comprender de qué se trata.

Por Patricia Truchado Martínez 25 de mayo de 2017
"Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla"
Por Mª Socorro Gómez Fidalgo 23 de febrero de 2017

La heroína, Anastasia Steele se ve a sí misma como: fea, pálida, delgaducha, timorata, sin interés. Nos cuenta que no ha estado nunca enamorada y la suponemos muy poco experimentada en las relaciones con hombres (es virgen e incluso nunca ha paseado de la mano de un hombre). Con 21 años no ha explorado su sexualidad en absoluto, nos dirá también que no se masturba. Es muy buena estudiante y enseguida deducimos que es inteligente. Es seria, responsable, tenaz, no expresa sus emociones fácilmente, perfil ligeramente obsesivo y pasión por el control. Ella nos dice que es patosa para moverse, efectivamente, se cae continuamente enredándose con sus propios pies y tampoco es hábil en el deporte. No tiene mucha vida social, tiene una amiga compañera de piso y un amigo, sólo amigo (al que ella no corresponde en su interés, porque no corresponde a nadie), que la adora y que está buenísimo. No sale a ligar, nunca le ha atraído ningún hombre, no sale de juerga, no flirtea, ella solo estudia y trabaja para pagarse los estudios.

Nos habla de su familia: padrastro al que considera su padre, solitario y taciturno y madre alocada, que le preocupa por sus negocios fantasiosos, romántica empedernida con varios matrimonios a sus espaldas.

Antiheroína moderna que luego será elevada a supermujer. Cae en el amor/pasión precisamente alguien que no nos imaginábamos previamente que pudiera hacerlo por las señas que da de sí. Prácticamente idéntica a la Bella de la saga Crepúsculo y también idéntica la visión que tienen de sus “amados” e incluso sus figuras parentales, por lo que hay que pensar que responde a algún “mito moderno” y entonces no sería un plagio (aunque la coincidencia de la zona geográfica de EE.UU en la que ambas sagas se desarrollan nos deja sin posibilidad de justificación mítica). Sin embargo, el tema del maltrato (VG) aparece de forma más señalada en el caso de Grey, como analizaremos posteriormente.

Christian Grey es un joven muy guapo, muy millonario y con mucho poder. Nos aparece al principio como un tipo especial, magnético y misterioso. Dirá que le gusta controlar, ya por su posición de superempresario puede controlar a mucha gente… y alardea de ello, incluso en algún momento parece que le llega a angustiar su propio poder. Pero, por lo demás no cuenta mucho de sí mismo y nos intranquiliza rápidamente. No parece espontáneo ni de emociones sencillas. Pensativo, autotorturado (lo cual empezará a activar el arquetipo de mujer salvadora en Anastasia) por no sabemos qué al principio, dice de él mismo que no le conviene a Ana y que, de ser un caballero andante, sería el Caballero Oscuro. Nos vamos enterando qué le ha pasado a este hombre, hijo de una prostituta adicta al crack, con marcas de gran maltrato en el cuerpo, que luego fue adoptado por una familia rica y después seducido a la sumisión por una mujer mayor, amiga de la madre adoptiva, a la edad de 15 años, perfecta como “bruja”. No le agradan las manifestaciones de ternura, ni el amor, él solo “folla duro”, no se deja tocar ni acariciar.

Ella le ve como un ser divino, en primer lugar por guapo, rico y elegante perotambién por enigmático. Con gran experiencia y manejo del mundo, ella se ve insignificante a su lado. Parece atraído por ella pero enseguida le dice “aléjate de mí, no te convengo”. Ella no se cree que ese ser maravilloso pueda fijarse en ella , pero a pesar de eso, se hace ilusiones y siente por él un deseo que no había sentido por ningún hombre antes, tanto que, literalmente, se olvida de respirar cuando le ve y esa sensación a ella le parece maravillosa…

Con alarmante rapidez,   Grey nos aparece como autoritario, posesivo en el amor, celoso e incluso acosado r. Ella lo ve…pero no le importa. Cuando más tarde le propone su “contrato de sumisión”, ella se lo piensa mucho, es capaz de hacer un análisis perfectamente lógico de la perversión que implica pero sigue ahí porque la tiene enganchada sexualmente (inexplicablemente, de virgen ha pasado a ninfómana, sin pasos intermedios, es decir ha sido despertada su sexualidad dormida por el príncipe, como la bella durmiente fue despertada de su sueño con un beso). Dice que nunca haría nada que no quisiera hacer…pero también siente que por él lo haría todo, todo lo que él la pidiese, porque no soporta la idea de separarse de él .

El discurso del placer sin embargo no justifica totalmente el enganche de Ana por Grey. Ella quiere amor. Sabe que él no la ama, sólo la desea para sus perversas prácticas y ella lo quiere TODO de él, ese todo es en realidad que él la ame como ella le ama a él. Se establece así un juego en el que ella se deja someter por él mientras intenta conquistar su amor . El da alguna pista de estar cambiando y no rehúye comportamientos de compromiso social, familia, amigos, y eso a ella le gusta mucho. Al mismo tiempo, vemos cómo reacciona Ana ante el sometimiento. De una sexualidad exuberante y verdaderamente increíble, el placer es la otra cadena que la ata al sometimiento. Dado que esa sexualidad se saldría de los encuadres de los roles de género tradicionales para la mujer, eso nos puede despistar: pero no estamos hablando de sexualidad femenina libre, sino dependiente de un solo hombre con el que pierde toda autonomía personal .

Poco a poco las intenciones de ella evolucionan hasta tener claro que le ama y que quiere que el la llegue a amar. Quiere conocer sus traumas infantiles y, poco a poco, irle cambiando…caramba con esta ratita presumida!!! Para ello, soporta el dolor y el miedo que las prácticas sexuales con él conllevan, con el sufrimiento que le produce la brecha existente entre el placer físico y el maltrato emocional que recibe, que luego es seguido por regalos impactantes y muy románticos. En un momento dado, ella reacciona frente a esas prácticas dolorosas que él le propone y le deja… pero él va a buscarla, mas controlador que nunca, y ella vuelve porque no soportaba estar separada de el.

En ella habitan varias: está su conciencia (que siempre le critica que se deje tratar así) y otra instancia a la que llama “la diosa que hay en mí”, que disfruta sexualmente, se siente fascinada por el atractivo de él y porque sea “suyo” y apuesta por el lujo y el disfrute de una imagen de mujer seductora, capaz y triunfadora…frente a las otras mujeres de Grey, ¡ay! ese narcisismo femenino tan primario y especular.

Por Patricia Truchado Martínez 16 de enero de 2017
¿Recuerdas cuando me dijiste que debíamos vivir juntos y ser infelices para poder ser felices? Considera una muestra de lo mucho que te quiero el haber pasado tanto tiempo desgastándome en el intento para ver si funcionaba.   Pero...una amiga, me llevo a un sitio impresionante el otro día. Se llama el Augusteum. Octavio Augusto lo construyó para que albergara sus restos. Cuando llegaron los bárbaros, lo arrasaron junto con todo lo demás. El gran Augusto, el primer gran emperador de Roma, ¿cómo
Por Patricia Truchado Martínez 1 de septiembre de 2016

Ha llegado septiembre y, con él, lo que algunos autores denominan "síndrome postvacacional", un estado caracterizado por un ánimo triste, apático, irritable y/o ansioso.

Pero, ¿estamos realmente hablando de un trastorno? ¿Es necesario intervenir psicoterapéutica o farmacológicamente para eliminarlo?, ¿deberías preocuparte si presentas alguna de las características descritas anteriormente? ¿es el momento de romper con todo y cambiar la dirección de tu vida?

Llegar al término del periodo vacacional supone un cambio: un cambio en los ritmos de sueño, en el ritmo y en el tipo de actividades que se desarrollan, así como un cambio en el entorno físico y social. Seamos sinceros, no es lo mismo despertar con un desayuno mirando los montes asturianos o tomar el sol en una playa del Cabo de Gata, pongamos por caso, que tener que meterse en un tren en hora punta a las 8 de la mañana para ir a la oficina. Todo cambio conlleva un periodo de adaptación, especialmente si con ese cambio pierdes confort y placer. Cuando un cambio implica un aumento del bienestar genera emociones que, generalmente, nos resultan muy agradables. Sin embargo, cuando esos cambios suponen un aumento del displacer, como puede ser el tener que madrugar, viajar una hora en metro al trabajo y someter a nuestro cuerpo y nuestra mente al esfuerzo que conlleva la rutina diaria, las emociones que se generan quizás nos incomoden un poco.

Y es que volver a la rutina supone una pequeña pérdida (la pérdida del estilo de vida propio de las vacaciones) y, por ello, necesitaremos un periodo de adaptación a la nueva situación.

Etiquetar este estado como "síndrome" nos remite a considerar que no es sano sentirse así. Pero nada más lejos de la realidad. Hay muchas experiencias en la vida que provocan emociones que no nos resultan agradables, ya sea tristeza, angustia, ira, etc. Y, aún resultando molestas, estas emociones tienen una función importante para todas las personas y, de hecho, es saludable (y deseable) que las experimentemos. Sin embargo, actualmente, estas emociones tienen muy mala prensa. Hemos llegado a creer que las emociones desagradables no son sanas , quizás porque vivimos en una especie de "sociedad de la felicidad", en la cual, los malestares de la vida, ya sean grandes o pequeños, no son bien recibidos por lo que tratamos de taparlos y/o anestesiarlos. Y, precisamente, hacer esto sí puede llegar a convertirse en algo potencialmente patológico. Además, de esta forma se nos induce a creer que, ante cualquier estado emocional que se aleje de la alegría, debemos encender la señal de alarma puesto que algo estamos haciendo mal: o estamos en el trabajo equivocado, o tenemos un posible trastorno mental, o somos personas deprimidas y deprimentes que intoxicamos a los demás, etc. Y esto es algo que puede tener consecuencias nefastas para nuestra autoestima.

No es de extrañar que muchas personas que experimentan un "bajón" cuando toca volver a la rutina, se planteen pedir ayuda ante un mensaje de estas características, cuando en realidad ese bajón posterior a las vacaciones es un proceso totalmente natural .

Otra cosa es que desees hacer terapia o pasar por un proceso de coaching para tu crecimiento personal y/o para superarte a tí mism@. Esto es algo que, por otra parte, también es muy saludable.

 

¿Cuándo es conveniente pedir ayuda?

No obstante, si ese estado de ánimo persiste más allá de unas pocas semanas, si interfiere significativamente o impide que lleves a cabo las actividades de tu vida diaria, si tus relaciones personales o laborales se ven perjudicadas o si la intensidad de estas emociones te provoca un sufrimiento real, quizás sí te podría venir bien preguntarte qué está pasando para que esto suceda. En tal caso, acudir a un profesional (o encontrar asesoramiento laboral) sí te puede resultar muy útil e, incluso, recomendable.

 

La alegría por volver al trabajo. ¿un éxito o una trampa?

Ahora quiero ir más allá y mencionar el caso opuesto. Esto es, el de una persona que experimenta sensaciones muy agradables cuando terminan las vacaciones y vuelve a la rutina diaria. Esto es algo que le ocurre a no pocas personas. Y teniendo en cuenta los mandatos de la "sociedad de la felicidad", quizás pensemos que este es el estado ideal, al que todas y todos deberíamos aspirar. Y sí, en ocasiones esto se produce porque la persona en cuestión, adora su profesión. Pero también puede ocurrir que el trabajo suponga una vía de escape a una vida personal poco satisfactoria o, incluso frustrante; o quizás obedezca a que esa persona necesita mantenerse activa porque mientras realiza actividades, evita tener que pensarse ciertas cosas.

Estar alegre por regresar al trabajo no siempre es buena señal. A veces sí, porque quizás amas lo que haces, pero a veces será sólo un tapón para problemas más profundos que, quizás te resulta difícil afrontar. En tal caso, acudir a un profesional o permitirte un espacio para la reflexión podría resultar más útil de lo que piensas.

 

Bienvenid@ a la realidad de la vida humana

Ahora bien, en términos generales y salvando algunos supuestos descritos más arriba, tanto si estás deseando volver a tu trabajo, como si estás echando de menos los días de vacaciones, me gustaría darte la bienvenida a lo que es, sencillamente, la realidad de la vida humana, con sus luces y sus sombras.

Por último, me gustaría también darte la enhorabuena: si echas de menos las vacaciones probablemente es porque las has disfrutado, y si estás deseando volver al trabajo probablemente sea porque tu profesión te satisface.

 

 

Patricia Truchado

Psicóloga - Psicoterapeuta

Coach

620 420 928

Por Patricia Truchado Martínez 9 de junio de 2016
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Por Patricia Truchado Martínez 13 de abril de 2016
El mandato del éxito nos dice que todo lo que uno desea puede ser alcanzado. Y esto es algo que, paradojicamente, causa una gran infelicidad. Sin embargo, hay una forma de desafiarlo.Vivimos en el mundo del "todo es posible", vivimos bajo el mandato del éxito. El éxito como una imposición simbólica, según la cual, todo lo que uno desea puede ser alcanzado. Pero ¿qué pasa si no logras lo que deseas? Cuando no consigues aquello que te has propuesto, te enfrentas a la frustración lógica de no haber
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